Buscar este blog

viernes, 10 de febrero de 2012

Degradación Humana ¿Cuál es el límite?

Día tras día la degradación humana nos sigue mostrando sus peores muecas. “Vivir es peligroso” decía el poeta brasileño Guimarães Rosa, y una estudiante añadió ayer: “tanto, ¡que uno sale muerto!”, pero hay de muertes a muertes. Una cosa es morir de viejo o en un accidente y otra cosa es que a uno lo mate el papá o un compañero de colegio o un policía por pintar una pared.



El 28 de enero de 2011 un niño de 8 años fue reportado como desaparecido en Manizales, días más tarde su cuerpo sin vida es encontrado en el municipio vecino de Villamaría, con señales de asfixia mecánica: el principal sospechoso es su padre o padrastro. Datos sin confirmar. El 26 de enero de 2011 también fue reportado como desaparecido un niño de 11 años del barrio Siloé en las laderas de Cali, días después, su cuerpo sin vida y con señales de violencia fue hallado en el municipio de Villa Rica, el mismo que fue víctima de un atentado terrorista donde murieron el comandante de policía y 6 civiles, el pueblo aún llora sus muertos. El 6 de febrero un adolescente mata a su compañero de estudios con unas tijeras en un colegio al oriente de Cali.


En Bogotá, las madres del graffitero asesinado por un policía y la madre del policía que asesinó al graffitero dan sus testimonios de dolor y las dos claman justicia. La una porque se penalice justamente el asesino de su hijo, y la otra pide indulto por su hijo policía argumentando que cumplía con su deber. Las opiniones públicas se dividen a favor y en contra. Pero, si uno raya una pared y esto comporta contravención, pues la pena es limpiarla y dejarla como estaba, pero no lo pueden matar por hacer un grafiti. Y lo peor es que buena parte de la sociedad apoya al policía. ¿Qué sociedad es esta que mata sus niños y jóvenes? Me llama la atención que tanto víctimas como victimarios sean hombres, varones, sujetos masculinos. Sobre esto venimos discutiendo con algunos colegas y queremos investigarlo a fondo.




Tenemos una gran confusión con la defensa de la vida, con la garantía de los derechos, de las libertades individuales, de la dignidad humana. La sociedad colombiana pone en un duda si la vida es un derecho inviolable, no se sabe qué es lo justo y qué lo injusto, qué es lo bueno y qué es lo malo. Y tanto los medios de comunicación como el Estado contribuyen en esta confusión, pues quizás este sea el único país donde el presidente sale a pedir perdón cuando la justicia, aunque cojeando, llega. Me refiero, por supuesto, a que Santos le pida perdón a Belisario Betancur por la posibilidad de que fiscalía lo llame a cuentas para aclarar su responsabilidad en el caso del genocidio del Palacio de Justicia y por el cual fue condenado a 30 años el general retirado Plazas Vega.


Por eso veo en todas estas distintas situaciones ejemplos de degradación humana. Me espanta tanto que un padre asfixie a su hijo, como que un policía mate a un joven graffitero como que un presidente le pida perdón a un expresidente por ser juzgado. Es claro que la degradación del mundo no es sólo ambiental, sino, y especialmente, social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario