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martes, 1 de noviembre de 2011

Esto me pasó el día de las elecciones, 30 de oct de 2011

Me robaron el carro

El día 30 de octubre, día de elecciones, a las 10:30 am me robaron el carro. Las cosas pasaron así: Me dirigía con mi madre y mi hija a cumplir con nuestro deber ciudadano. Primero fuimos al puesto de votación de mi madre, el Colegio Vivas Balcázar ubicado sobre la calle 14, cerca de la carrera 50, en el barrio La selva. Yo me quedé con mi hija buscando un lugar para parquear. Encontré tal lugar en la carrera 48 del barrio La selva, a media cuadra de la calle 14.
Violeta, mi hija, estaba sentada en su asientico de bebé, al bajarla me pidió que bajáramos todos sus muñequitos, como previendo que algo pasaría. Bajamos su delfín rosado, su ranita, el dragón y la jirafa. Nos fuimos en busca de la abuelita, para luego dirigirme a mi puesto de votación. Al caminar escuché que la alarma de mi carro se disparó me devolví y a unos 5 metros vi mi carro Chevrolet Aveo family color gris plata, modelo 2012, de placas DIW 676 (por si lo ven) y la activé de nuevo.

Esperamos a la abuelita en una panadería ubicada al frente del puesto de votación de mi madre, sobre la calle 14, cuando ella llegó nos dirigíamos al carro y no lo vi. Simplemente no lo vi. Le dije a mi mamá: mami nos robaron el carro. Ella dijo: no, como así, seguro lo dejaste en otra cuadra. No mami, lo dejé aquí, nos robaron el carro, llamemos ya mismo a la policía. Desde mi celular marqué el 123 infructuosamente.

En la esquina un vecino se acercó a saludar y le dije que me acaban de robar el carro, me indicó que le informara a los policías que estaban en la puerta del puesto de votación. Eso hice, me dirigí hacia ellos y reportaron el caso inmediatamente, me dijeron que volviera al puesto del robo porque dentro de poco llegaría la radiopatrulla. Al dirigirme de nuevo al lugar del robo, también le informé a un guarda de tránsito. En ese momento llega la policía motorizada.
Me preguntaron los datos del carro y cómo ocurrieron los hechos. Repetí la historia que ya les he contado. Un vecino del lugar se acercó y contó que vio cuando le daban reversa a mi carro a gran velocidad. Dijo: “esos manes iban a 100. Se nota que son expertos, porque para irse en reversa a 100 tienen que saber mucho del asunto.” También dijo que los iban siguiendo en otro carro, Mazda 626 color verde oscuro. Y que emprendieron la huida en sentido sur. El policía tomó atenta nota de todos los detalles.

Llamé a mi papá para avisarle, quien en ese momento jugaba ajedrez con un amigo taxista. Este amigo llamó a todos sus colegas del 4444444 y 5555555, yo también le dije a un taxista del 6666666. El policía me indicó que pusiera el denuncio en la Sijín. Mi papó llegó en 10 minutos y fuimos con su amigo taxista, mi mamá y mi hija hacia la Sijín del barrio Ciudad Modelo, sobre la Autopista Simón Bolívar.
Al intentar poner el denuncio el comandante encargado me indicó que reporta el hecho al 123, le dije que ya había intentado hacerlo pero que no me habían respondido. Me dijo que llamara de nuevo. Llamé de nuevo y no entraba la llamada. Sonaba extraño. Le dije: “escuche para que se dé cuenta que no entra la llamada.” Él no aceptó y me dijo que llamara al 112. Ahí si atendieron de la Policía Nacional. En la tarde un policía me explicó que desde Comcel se debe llamar al 112 y no al 123.
Al entrar en contacto telefónicamente con el agente de Policía, me preguntó: ¿hace cuánto ocurrió el hecho? le dije que hace una media hora y me preguntó por qué no había reportado el hecho antes, le dije que no entraba la llamada al 123, después de esto me recibió los datos, nombre completo, características del carro y placa. Con esto quedó reportado el carro como “hurtado”; para registrar el denuncio debía volver a la Sijin con el número del chasis y del motor del carro.
Regresamos todos a casa para buscar la póliza todo riesgo donde están consignados tales datos. Fui a sacar fotocopia de este documento y de mi cédula y en el café internet cerca de la carrera 48 con Avenida Pasoancho se comentó que acababan de robar un carro en el barrio La Selva. Pregunté más por el hecho y simplemente me dijeron que se trataba de un carro verde. Es posible que se trate del mismo carro que seguía al mío.

¿Primeras reflexiones? La primera sensación es de impotencia. Me siento anestesiada. Obviamente he agradecido mil veces a dios y al universo porque no fue un atraco a mano armada y no estábamos ni mi mamá, ni mi hija ni yo. Me he quedado con la sensación de pensar si lo hubiera podido evitar. Claro que no. No dependía de mí evitarlo. Eran las 10:30 de la mañana, día de elecciones, en el barrio La Selva, había mucha policía y guardas de tránsito en el sector. Mejor dicho, no estaba en una situación de riesgo.

Como avisé rápidamente a la policía y ellos, como los guardas de tránsito, están dotados con radios y además la ciudad está llena de retenes, esperaría que rápidamente hubieran sido localizado mi carro. Contrario a eso, en el transcurso del día supe del robo de 4 carros más en condiciones similares a la mía, gente al a que robaron el carro mientras iba a votar. ¡Esta es nuestra democracia!
La seguridad ciudadana que estamos demandando no se resuelve con dotarnos de un policía por cada cuadra o por cada ciudadano. Si la policía fuera lo suficientemente honesta, ágil y eficiente los ladrones sabrían que robar es muy difícil y seguramente no robarían o robarían menos. Pero robarse un carro aquí es muy fácil. Hoy lo pude comprobar. Las personas me preguntaban si tenía la alarma activada. Claro que sí, respondo. Pero un taxista me decía que los ladrones se las saben todas y una alarma no es inconveniente para ellos.

Finalmente, el consuelo de tontos que todos tenemos es la confianza es una póliza de seguro todo riesgo. Aunque el policía que me recibió la denuncia formal en la tarde me dijo que yéndome bien me devuelven mi carro en dos meses. Esperemos que sea antes. Y no pude votar.

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